Desde que actuó en Soy Gitano, en 2003, no paró de trabajar en televisión: Padre Coraje, Una familia especial, Mujeres Asesinas, Alma Pirata y ahora se luce en Casi Ángeles. Pero si bien su cara es relativamente nueva en televisión, Julia Calvo (46) lleva mas de dos décadas haciendo teatro “ Trabajé mucho en el San Martín, que es como mi casa. Incluso tuve que achicar mi curriculum porque la última vez que tuve una charla de trabajo fue con Francis Ford Coppola, y cuando vi su cara pasando las ocho páginas, dije: Voy a tener que reducirlo un poco” -¿Vas a estar en su próxima película? - No se. Me quería conocer y casi me muero de la emoción. Todavía no tuve respuesta, pero estoy rezando para que se dé. Quiero estar aunque sea 30 segundos en la película. -Hoy sos Justina, la mala de Casi Ángeles -Y me divierto haciéndola. Justina se va disfrazando de otras cosas y eso es lo que me encanta. Además, Alejo García Pintos, mi coequiper, es bárbaro. -Pero los nenes detestan que sean tan malos -Nos odian, pero en el programa nomás. En el teatro, por ejemplo, la primera vez me miraban con cara de miedo. Pero después es maravilloso lo que recibo de los chicos, sus padres y hasta sus abuelas. -¿Cómo te llevas con la popularidad? -Me encanta. Es muy agradable porque la gente se acerca para agradecerte. Y lo que más me gusta es cuando me vienen a dar un beso y me dicen que me vieron en el teatro haciendo tal obra. Eso esta bueno porque es en el teatro en donde más ruta tengo. -¿Cómo nace tanta pasión por el teatro? -Nunca me lo pregunté mucho. De chica quería ser azafata, pero cuando terminé la secundaria fui a la compañía Iberia, y como no me dio la altura no pude entrar. -Si nunca te propusiste ser actriz ¿Cómo llegaste al Conservatorio? -Lo conocí un poco por pasar por la esquina durante un año y preguntarme que era ese edificio del que salía tan linda música. Y entré por curiosidad, porque una vecina estudiaba allí y siempre la veía henchida de placer. Así fue como entré y egresé en el 85’. -¿Viviste en España? -Si, hice allá el secundario. Nos fuimos con toda la familia a España por un traslado en el trabajo de mi papá, que era papelero. Sufrí muchísimo el desarraigo. Esa fue una de las dos veces que me enoje con mi padre, porque acá tenía un noviecito que tuve que dejar. La otra fue cuando volvimos de España, porque allá también dejé un novio, ja. -¿Con quién vivís? -Con mi perro, Negro que se hizo famoso en el barrio porque fue al laberinto de Susana Giménez. -¿Qué te gusta hacer en el poco tiempo libre que te deja la tele? -Ir a la pileta: nado todo el año. Es más, si tengo un bache de 4 escenas, me saco el maquillaje, me calzo las antiparras y me voy a una pileta que queda a 10 cuadras del estudio. Además, me encanta ir a lo de mi vieja, visitar amigos. -Trabajas con chicos ¿porqué no tenés hijos? -Me hubiera encantado ser mamá. El deseo lo tuve una sola vez y después me fueron ganando los días y el trabajo. Hoy pienso que puedo dejarlo para la próxima vida o sino , dedicarme a mis sobrinos. -¿Nunca pensaste en adoptar? -Sí, se me cruzó la idea. Veremos que pase, no está cerrada la posibilidad. Pero me gustaría estar en pareja, quiero un novio para criar un hijo. En 2001 me separé y ahí me descubrí en casa, sola, que está bueno también. Pero eso ya fue, porque me volví a enamorar. -¿De verdad? -Si, pero vivo sola: me gusta tener mi lugar y mis cosas. No sé si volvería a convivir. Igual, no puedo decir la palabra nunca.
Nicolás Peralta
Revista Pronto Edición Nº 585 miércoles 17 de octubre de 2007
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